Una vez más, estoy atascada en un estado de ánimo increíblemente malo.
Éste,se ha ido más allá del estado mental normal de miedo, la depresión y el resentimiento, y se ha transformado en una sensación física desagradable que abarca todo mi cuerpo.
Conociéndome, no tengo el poder para cambiar las condiciones que lo motivaron.
Y no poder combartir ésto, con qué me deja?
Bueno, hasta donde yo puedo decir, me deja sin nada bueno, pero sí estos sentimientos feos, el deseo de ser libre de ellos, y saber que nunca he sido capaz de salir de mi estado emocional a través de la fuerza de mi voluntad (la fuerza del vino,seguro,pero la fuerza de mi voluntad,nunca).
Lo único que tengo para consolarme es que mi actitud,aunque desencadenara sentimientos de ira,fué buena.
Mi actitud podría ser mejor descrita como una convicción fuertemente sostenida de que las personas deben comportarse de una manera aprobada por mí.
Cuando no lo hacen, me convierto, inmediatamente, en el depósito orgánico para el mal humor antes mencionado.
Ahora, uno podría deducir que mi única vía de escape de estos estados de falta de ánimo es el descarte a mi convicción.
Pero para hacer eso, tendría que aceptar con amor a un mundo que muy pocas veces está a la altura de mis expectativas.
En otras palabras, tendría que ser algo semejante a Dios ( un Dios que todo lo perdona).
Lo que significa, según unos post anteriores, voy a tener que empezar a trabajar en el plan "B".
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